Escasez de agua en Marruecos: Retos y soluciones 2024-2028

La escasez de agua es una preocupación creciente para muchos países de todo el mundo, y Marruecos, con un clima semiárido, no es una excepción. En los últimos seis años, Marruecos se ha enfrentado a una grave crisis de escasez de agua, con una disminución de las precipitaciones naturales de 12.000 millones de metros cúbicos al año a sólo 5.000 millones de metros cúbicos en 20231. El país se enfrenta a varios factores que provocan la escasez de agua. Las precipitaciones erráticas y las frecuentes sequías hacen vulnerables las fuentes tradicionales de agua, como las presas y las aguas subterráneas. Además, las proyecciones del cambio climático predicen una disminución de las precipitaciones, lo que agravará aún más la escasez de agua. El crecimiento de la población, el aumento de la urbanización y la demanda de agua para la agricultura también ejercen presión sobre los recursos hídricos existentes. Estos factores se combinan para crear una situación en la que los suministros tradicionales son insuficientes para satisfacer las demandas de agua de la población, la agricultura y la industria. Esta drástica reducción ha tenido profundas repercusiones en la agricultura, lo que ha impulsado importantes medidas del gobierno y las autoridades para abordar el problema.

Impacto en la agricultura

La agricultura, que consume alrededor del 80% de los recursos hídricos de Marruecos, se ha visto gravemente afectada por la escasez de agua. La producción de cultivos en Marruecos depende en gran medida del regadío debido a la baja productividad de los cultivos de secano. Aunque la proporción de cultivos de regadío en la superficie total cosechada de Marruecos es de alrededor del 20% al 25%, casi el 65% del valor monetario de los cultivos producidos procede de cultivos de regadío. Estas cifras indican simplemente que una reducción importante del suministro de agua podría perjudicar el nivel y el valor de la producción agrícola en Marruecos. La parte de la agricultura en el producto interior bruto (PIB) total de Marruecos suele fluctuar en torno al 15 por ciento. Sin embargo, las actividades agrícolas ofrecen muchas oportunidades de empleo a una gran parte de la población activa. En general, alrededor del 40% de la mano de obra de Marruecos trabaja en actividades agrícolas, incluidas la silvicultura y la pesca (Sindicato Danés 2015; Ghanem 2015; HCP 2016). Este porcentaje era de aproximadamente el 38% a nivel nacional en 2016. Las cifras correspondientes a las zonas urbanas y rurales fueron del 4,5 y el 72,9 por ciento, respectivamente, en ese año, según el informe del Alto Comisionado para la Planificación de Marruecos (HCP) (2016). Por tanto, la reducción del suministro de agua podría eliminar directa e indirectamente oportunidades de empleo en actividades agrícolas y no agrícolas. En Marruecos, la estructura de las tierras de cultivo es la siguiente: la superficie total de tierras de cultivo de Marruecos es de unos 9,6 millones de hectáreas (FAO 2016). Normalmente, una parte de las tierras de cultivo disponibles (entre el 15% y el 20%) permanece sin cultivar cada año en Marruecos. La superficie de tierras de cultivo de regadío en Marruecos es de entre 1,5 y 1,7 millones de hectáreas. Sólo una pequeña parte[1]de las tierras de cultivo de regadío está equipada con sistemas de riego avanzados (por ejemplo, sistemas de riego por aspersión o por goteo). El gobierno de Marruecos tiene previsto ayudar a los agricultores a instalar sistemas de riego avanzados. El objetivo del gobierno es instalar sistemas de riego avanzados en unas 555.000 hectáreas de tierras de regadío. Con este plan, la proporción de tierras de cultivo de regadío equipadas con tecnologías de riego avanzadas alcanzará entre el 55% y el 60% de la superficie total de tierras de regadío. En 2023, Marruecos se enfrenta a su peor sequía en más de tres décadas. El verano anterior, las autoridades marroquíes tuvieron que racionar agua, ya que las reservas alcanzaron mínimos del 28%, frente al 46% de 2021. Recientemente, la sequía ha provocado una reducción del 60% en la producción de cereales, obligando a Marruecos a depender ahora en gran medida de las importaciones. En una situación paradójica, Marruecos ha alcanzado cifras récord de producción de aguacate, pepino y sandía; todos ellos cultivos que requieren mucha agua. Sin embargo, como el país sigue sufriendo graves sequías, algunos grupos ecologistas como Marruecos Medio Ambiente 2050 están pidiendo a al gobierno que cese la producción de estos cultivos y destine los limitados recursos de aguas subterráneas a otros fines. Los aguacates son un cultivo muy exigente en agua. Un solo aguacate requiere unos 320 litros de agua para producir. Pero aún así, esta temporada Marruecos produjo 40.000 toneladas de aguacate, casi alcanzando un récord histórico. Y no parece que vayan a producirse recortes importantes de la producción en breve. El director general del exportador marroquí Export Optimum, Abdellah Elyamlahi, declaró que la producción de aguacates va camino de triplicarse hasta alcanzar las 100.000 toneladas en 2027. Ahora bien, el cambio climático no sólo ha afectado a la seguridad alimentaria, sino también a los medios de subsistencia de los agricultores, que dependen de un suministro constante de agua para sus cultivos.

El sector del aceite de oliva, una parte importante de la economía agrícola marroquí, también se ha visto afectado por la escasez de agua. A pesar de los esfuerzos por aumentar la producción, la escasez de agua ha mantenido estática la productividad por hectárea. El precio del aceite de oliva ha subido debido a la menor disponibilidad de agua para el riego, lo que ha provocado la frustración de la población local. Sin embargo, iniciativas como el Plan Marruecos Verde y Generación Verde pretenden mejorar la gestión del agua y la resiliencia del sector del aceite de oliva. Estos esfuerzos son cruciales para mantener la posición de Marruecos como principal productor de aceite de oliva. Aunque la escasez de agua plantea importantes retos a Marruecos, las medidas proactivas del gobierno y la adopción de la tecnología de desalinización ofrecen la esperanza de un futuro más sostenible. La inversión continuada en infraestructuras hídricas y soluciones innovadoras será esencial para superar esta crisis y garantizar la resistencia del sector agrícola marroquí en un futuro próximo.

Medidas del Gobierno

En respuesta a la crisis, el gobierno marroquí ha puesto en marcha varias medidas para mitigar el impacto de la escasez de agua. Entre ellas, la construcción de nuevas plantas desalinizadoras, la reutilización de las aguas residuales tratadas y la realización de trasvases de agua entre cuencas. El gobierno también ha invertido en mejorar las infraestructuras hídricas y promover prácticas de conservación del agua. Se ha destinado una importante inversión de 143.000 millones de dirhams a estos proyectos, lo que pone de manifiesto la urgencia y la magnitud del problema.

¿Por qué la tecnología de desalinización?

La tecnología de la desalinización se ha revelado como una solución crucial a la escasez de agua en Marruecos. Para 2030, se espera que el 50% del suministro de agua potable del país proceda de la desalinización. El agua de lluvia se dedicará a la agricultura y el regadío. La planta desalinizadora de Agadir, por ejemplo, es una de las mayores de la región y desempeña un papel vital en el suministro de una fuente fiable de agua dulce independiente del régimen de lluvias. Esta tecnología no sólo cubre las necesidades domésticas de agua, sino que también ayuda a mantener las actividades agrícolas en las zonas costeras.

La tecnología de desalinización se ha convertido en una piedra angular de la estrategia marroquí para combatir la escasez de agua. El país ya ha invertido mucho en esta tecnología, sobre todo en las regiones costeras, donde las fuentes tradicionales de agua son insuficientes. Como ejemplos:

  1. Ósmosis Inversa (OI): Es la tecnología de desalinización más utilizada en Marruecos. Consiste en hacer pasar el agua de mar a través de una membrana semipermeable que elimina las sales y otras impurezas. La planta desalinizadora de Agadir, una de las mayores de la región, utiliza la tecnología de ósmosis inversa para producir hasta 275.000 metros cúbicos de agua al día.
  2. Electrodiálisis: Este método se utiliza principalmente para la desalinización de agua salobre. Consiste en utilizar corrientes eléctricas para mover iones de sal a través de una membrana, separándolos del agua. La primera planta de agua salobre de Marruecos, situada en Tarfaya, utiliza esta tecnología.

Proyectos clave de desalinización

  • Planta desalinizadora de Agadir: Esta planta es un proyecto emblemático, que suministra tanto agua potable como agua de riego para la agricultura. Utiliza tecnología de ósmosis inversa avanzada y está diseñada para ser eficiente desde el punto de vista energético, incorporando fuentes de energía renovables para alimentar sus operaciones.
  • Planta SWRO de Laayoune: Construida en 1995, esta planta fue una de las primeras en utilizar la tecnología de ósmosis inversa de agua de mar (SWRO) en Marruecos. Ha sido fundamental para suministrar agua dulce a las regiones del sur.

Consideraciones medioambientales y económicas

Aunque la desalinización proporciona una fuente fiable de agua dulce, también conlleva desafíos. El proceso sigue requiriendo mucha energía, lo que puede ser costoso y tener un impacto ambiental. Para mitigar estos problemas, Marruecos está integrando cada vez más fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica, en sus plantas desalinizadoras. Además, la gestión de la salmuera, un subproducto de la desalinización, es crucial para minimizar el daño medioambiental. Se están explorando métodos innovadores para eliminar o reutilizar la salmuera de forma segura.

La tecnología de la desalinización se ha revelado como una solución crucial a la escasez de agua en Marruecos. Para 2030, se espera que el 50% del suministro de agua potable del país proceda de la desalinización. Por ejemplo, la planta desalinizadora de Agadir es una de las mayores de la zona y es crucial para suministrar agua dulce constante, independientemente de las precipitaciones. Esta tecnología es clave para satisfacer la demanda de agua de los hogares y para apoyar la agricultura en las regiones costeras. La desalinización es esencial para la agricultura en zonas con escasez de agua, ya que garantiza un suministro de riego constante, estabiliza la producción de cultivos y mantiene los medios de vida de los agricultores. Esto es especialmente crítico para cultivos como el olivo, que requieren fuentes de agua estables.

Perspectivas de futuro

El gobierno marroquí se propone aumentar significativamente su capacidad de desalinización para 2030, con el objetivo de abastecer con esta tecnología el 50% de las necesidades de agua potable de la nación. Este ambicioso objetivo pone de relieve el papel crucial de la desalinización en la estrategia de gestión del agua de Marruecos y su potencial para garantizar la seguridad hídrica en medio del cambio climático y el aumento de la población.

En conclusión, la tecnología de desalinización es un elemento vital de la estrategia de Marruecos para combatir la escasez de agua. Al ser pionero en proyectos innovadores e incorporar energías renovables, Marruecos está estableciendo un modelo de suministro de agua resistente y sostenible.